¿Tiene sentido estratégico para Costa Rica fomentar la industria de la cultura y el entretenimiento? Habiendo tantos chicos con inclinaciones artísticas, altos índices de desempleo juvenil y una demanda internacional casi infinita por este tipo de productos y servicios, es urgente formar técnicos y profesionales en las artes visuales, la cinematografía, la danza y la música, en disciplinas como la animación digital, el diseño gráfico, la ilustración, el diseño industrial, el diseño de modas, la composición musical, el desarrollo de videojuegos, la ingeniería de sonido y la actuación, entre otras.
Ninguna de estas industrias se podría atender sin el recurso humano adecuado, por lo que hay que empezar por interesar y preparar a las nuevas generaciones de diseñadores y artistas. Por eso es que los cursos de artes visuales, artes dramáticas, danza escénica y música deberían impartirse en todos los colegios de secundaria; en la actualidad, a duras penas se imparten materias complementarias.
La educación artística no solo interesa con fines vocacionales, sino porque desarrolla carácter, identidad cultural y capacidad de respuesta estética, así como habilidades para observar, escuchar y comprender diversas formas de expresión humana, desde los principios elementales del arte: el balance, la unidad, el énfasis, el contraste, el patrón, el ritmo y el movimiento.
Con este programa, los alumnos mejorarían sus capacidades visual-espaciales, motoras y tecnológicas, y serían capaces de involucrarse con inteligencia y criticidad sobre el mundo del arte y las ideas, a través del uso del razonamiento estético.
La educación artística fomenta las habilidades comunicativas. Mucha de la información que se comunica actualmente se representa en gráficos, fotografías, mapas, vídeos y diagramas. Un alumno visualmente alfabetizado puede descifrar el contenido de mensajes visuales y presentar sus ideas de forma visual.
Además potencia las capacidades de los alumnos para trabajar en equipo y explorar, experimentar y arriesgarse con nuevas ideas, impulsando la apertura mental, la creatividad y la motivación por innovar.
La educación artística genera la motivación necesaria para producir los niveles de atención requeridos y así mejorar el aprendizaje en otros dominios de la cognición. Existen correlaciones positivas entre el desarrollo de habilidades artísticas y musicales y el rendimiento en materias académicas; se ha demostrado que se obtienen resultados positivos como resultado de un mayor involucramiento y compromiso emocional de los estudiantes con su proceso de aprendizaje y consecuentemente una mayor comprensión del contenido programático. La incidencia sobre la retención escolar está comprobada.
Publicado en La República el 26 de enero de 2015.
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