sábado, 25 de abril de 2015

Acceso a la educación y CONESUP

Un sistema universitario de calidad vela por la equidad en el acceso a la educación superior y contribuye con las metas nacionales de reducción del desempleo y la pobreza. Uno de los mayores desafíos del sector universitario en Costa Rica es garantizar el derecho a la educación, para reducir la desigualdad y promover la justicia social. Sin una democratización del acceso a este nivel educativo, no se puede garantizar una sociedad en donde la trayectoria de vida de las personas no esté determinada por las condiciones sociales de origen.
El Estado debe estimular la participación de los alumnos en la educación superior para aumentar sus años de escolaridad. Los estudiantes que asisten a las universidades obtienen una amplia gama de beneficios financieros y personales. Asimismo, los contribuyentes y la sociedad en su conjunto derivan una multitud de beneficios directos e indirectos, cuando los ciudadanos tienen acceso a la educación superior. Existe una correlación entre los años de escolaridad y los ingresos devengados por las personas. La totalidad de los costos asociados con la educación superior privada se recuperan en un periodo relativamente corto.
Además, a mayor número de graduados universitarios, más bajas son las tasas de desempleo y pobreza; mayores las contribuciones tributarias; menor la demanda sobre los sistemas de asistencia social; menores los índices de encarcelamiento; y más altos los niveles de participación cívica, incluyendo mayores índices de voluntariado, votación y donaciones de sangre. La educación superior igualmente fomenta mayores niveles de consumo y más emprendimientos, lo que a su vez impulsa el bienestar económico y social del país, y forma pueblos más solidarios, democráticos y pacíficos. En consecuencia, las tasas desiguales de participación en la educación superior en los diferentes segmentos de la sociedad deberían ser motivo de preocupación no solo de las personas directamente afectadas, sino también de la sociedad en general.
Si bien podría pensarse que el derecho a la educación superior en nuestro país se encuentra garantizado por la educación superior estatal, las universidades públicas no cuentan con la capacidad para recibir a todos los estudiantes que desean cursar una carrera universitaria. Lo que aun es más preocupante es que el Estado de la Educación (2013) confirma que la educación superior presenta un claro sesgo en su composición socioeconómica hacia los sectores de clase media y alta.
En contraste, un 32 % de la población estudiantil de las universidades privadas, unos 32.796 alumnos, provienen de los primeros tres quintiles de ingreso per cápita, por lo que deben endeudarse y trabajar para poder estudiar. Ni la Ley de CONESUP, ni su reforma, contemplan mecanismos para apoyar financieramente a esta población o aumentar su participación en la educación superior.

Publicado en el Periódico La República el 29 de abril.

Proyecto de Ley de la Secretaría de Educación Superior Privada




domingo, 19 de abril de 2015

Razones para un posgrado


Existen muy buenas razones para querer proseguir estudios de posgrado. Un estudio efectuado por la Ulacit entre su población de egresados demuestra que la diferencia entre el ingreso mensual que devengan los graduados de bachillerato en distintas disciplinas y los que obtienen el grado de maestría, es de medio millón de colones, en promedio. 
Este estudio es consistente con otros a nivel mundial, como el GMAC Global MBA Survey 2006 Comprehensive Report, que demuestran que los graduados de posgrado reciben mejor compensación salarial.
El mejoramiento salarial no es la única razón por la cual debería optar por estudios de maestría, especialidades y doctorados. Satisfacer su curiosidad intelectual, actualizarse en su campo, diversificar sus competencias laborales para mejorar sus niveles de empleabilidad o poder asumir responsabilidades que le generen mayor satisfacción, son otros de los factores de motivación, sobre todo porque son inversiones, en tiempo y dinero, que se recuperan a muy corto plazo.
Otra motivación es realizar la transición hacia otra profesión por deseo o necesidad, por lo que un periodista podría convertirse en mercadólogo, o un ingeniero electrónico, en emprendedor.
Con un posgrado de calidad en cualquier disciplina, el graduado tendrá más posibilidades de realizar funciones gerenciales que ofrecen mayor flexibilidad en el trabajo, retos más interesantes, y beneficios complementarios, como la posibilidad de viajar, de capacitarse o de conocer a personas importantes.
Los beneficios de cursar estudios de posgrado no son únicamente individuales, sino sociales. Para encontrar respuestas a los retos del siglo XXI, asegurar el bienestar social y mejorar la posición de liderazgo intelectual de Costa Rica en la economía del conocimiento global, se requiere una fuerza laboral altamente calificada, creativa e innovadora.


Publicado en el Periódico El Financiero el 19 de abril de 2015.

lunes, 6 de abril de 2015

Internacionalización y CONESUP

Para impulsar su calidad y prestigio, las universidades costarricenses deben participar de los procesos de internacionalización de la educación superior: la movilidad académica de estudiantes, profesores e investigadores; la transnacionalización de programas académicos y la oferta de carreras de título doble o conjunto; el establecimiento de sucursales o sedes de universidades en el exterior; la creación de centros regionales de educación; la inclusión de la dimensión intercultural dentro del currículum y el proceso de enseñanza-aprendizaje; y los proyectos de investigación y redes internacionales, entre otros.
Múltiples estudios han demostrado que los alumnos están cada vez más interesados en cursar su carrera universitaria en un país, otra en un segundo país, luego conseguir una pasantía o empleo en un tercero y hasta en un cuarto país, para regresar, 8 a 12 años después, a su país de origen. Ya no predominan los procesos de “fuga o ganancia de cerebros”, sino los de “entrenamiento de cerebros”.
Países desarrollados como Canadá, Australia, Inglaterra, Singapur y Corea del Sur, invierten en grandes campañas de promoción para atraer a las mentes más brillantes para estudiar y trabajar en sus universidades, con el objetivo de impulsar las agendas nacionales en innovación, emprendimiento e investigación. La creación de centros regionales de educación, o “hubs”, ha sido una estrategia de desarrollo utilizada en los Emiratos Árabes, Bahréin, Malasia y Qatar.
En América, Panamá fundó la Ciudad del Saber para atraer, con fuertes incentivos, a instituciones académicas y de investigación locales e internacionales, así como a empresas innovadoras y organizaciones internacionales y de desarrollo, para crear una plataforma de gestión del conocimiento y así potenciar la integración, el trabajo dinámico en redes y la fusión de esfuerzos con el fin de facilitar los procesos de transferencia hacia el entorno.
Si bien es cierto que la educación transfronteriza se ha convertido en piedra angular de las estrategias de desarrollo de los países para atraer y retener a los trabajadores del conocimiento, existen retos importantes que atender, como son las fábricas de títulos, los molinos de acreditación (credenciales falsos de programas e instituciones) e instituciones “fantasmas” no reguladas.
Ante estos nuevos acontecimientos de dimensiones internacionales, interculturales y globales, la educación superior costarricense debe ser proactiva, responsable e innovadora. La legislación debe favorecer la internacionalización de la educación superior privada como medio de desarrollo nacional y erradicar la titulación ilegítima y establecer reglas del juego para permitir a las universidades locales competir, bajo igualdad de términos, contra otras instituciones locales y las universidades extranjeras.
El CONESUP trunca la movilidad de estudiantes, docentes, programas académicos e instituciones; desestimula la adopción de estándares curriculares internacionales en los planes de estudios; se desentiende de los procesos de clasificación y registro estadístico del desempeño de las instituciones; y no ha sido capaz de cerrar fábricas de títulos locales ni de regular instituciones extranjeras que imparten lecciones en hoteles y urbanizaciones residenciales, al margen de la ley. Su incapacidad tiene que más que ver con su limitada visión de la labor tutelar que debe ejercer sobre el sistema universitario privado, que con la insuficiencia de recursos humanos y materiales.

Publicado en La República el 6 de abril de 2015.