lunes, 8 de octubre de 2012

Resultados de la implementación del nuevo modelo de enseñanza en ULACIT


Desde el 2010,  la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (ULACIT) ubicada en San José, Costa Rica, ha implementado un modelo de aprendizaje basado en la EpC (Enseñanza para la Comprensión). En la edición Nº8 de la Revista Iberoamericana de Educación Superior (RIES),  Edgar Salgado-García habla de como ha sido el proceso y los resultados de la implementación. 

ULACIT aplica un nuevo modelo de enseñanza


jueves, 27 de septiembre de 2012

LA MUJER DE NEGOCIOS EN EL SIGLO XXI



I Congreso de Mujeres Emprendedoras de Costa Rica

Por Silvia Castro Montero

27 de noviembre de 2012 

El comité organizador de este evento me invitó a conversarles sobre la mujer de negocios en este siglo.  Como estoy rodeada de mujeres de negocios y todas sabrán, al igual que yo, cómo se siente ser nosotras, compartiré con ustedes algunas ideas sobre las características de mujeres de negocios exitosas en este siglo, en especial sobre mujeres emprendedoras.


  • Primeramente, la mujer de negocios de hoy tiene disposición para el aprendizaje y se prepara.

Decía Séneca, el filósofo griego, que la suerte es aquello que sucede cuando la preparación y la oportunidad se encuentran.  Sin conocimiento, ¿cómo podríamos reconocer una buena oportunidad?  ¿Sin conocimiento, cómo sabríamos reaccionar ante esa oportunidad?

Si antes se les limitaban las posibilidades de estudio a ciertos niveles educativos y disciplinas, las mujeres de hoy valoran la importancia de aprender para lograr el éxito profesional. De hecho, ahora hay más mujeres que hombres estudiando en las universidades. Usted también debe saber aprovechar las oportunidades de formación académica y educación continua que se le presenten.  No postergue el estudio hasta cuando se le presenten mejores condiciones, porque aunque la educación no garantiza el éxito, sí mejora sus probabilidades de alcanzarlo.


  • La mujer de negocios de hoy confía en su intuición y cree en sí misma.


La intuición no es otra cosa que el conocimiento derivado de la experiencia.  Las mujeres de negocios del siglo XXI creen en sí mismas.  Confían en que su intuición le puede dar importantes pistas sobre sus clientes, las causas de un problema o las posibles consecuencias de una decisión. Son muy observadoras, analíticas y buenas escuchas. Exploran el problema a fondo para recopilar más información y reflexionan sobre las opciones de acción y la razonabilidad de las decisiones. 

  • La mujer de negocios de hoy tiene claros sus valores y los sigue consistentemente.

La mujer de negocios sabe discernir entre el bien y el mal.   Vive una vida íntegra. Tiene claros sus valores y no está dispuesta a negociarlos.  Defiende a capa y espada sus creencias.  Cuando la vida le pone en el camino dilemas éticos, puede confiar en que tomará las decisiones correctas si actúa conscientemente.  Ante estas situaciones, se pregunta: “¿A quién perjudicaría si emprendo esta acción?  ¿Qué haría la persona que más respeto? ¿Cómo sería percibida por otros?  Dormiría tranquilamente?“  La mayor parte de los errores éticos los cometemos por actuar precipitadamente, sin pensar con profundidad.


  • La mujer de negocios de hoy se conoce a sí misma, tiene un claro sentido de propósito y pasión por lo que hace.
La mujer de negocios exitosa conoce claramente sus fortalezas y debilidades, y utiliza ese conocimiento a su favor.  Cuando se conoce a sí misma, puede descubrir qué la hace feliz, definirse las metas que quiere lograr y las formas en que puede lograrlo.  Conoce sus preferencias y necesidades. Utiliza esa información sobre sí misma para trazarse planes de automejoramiento y evalúa el nivel de alcance de sus metas. Tiene una visión para sí misma y para su empresa. Sabe lo que la apasiona.  Además, valora la importancia de buscar asesoría en áreas que no son de su competencia y se rodea de gente de la que pueda aprender.

  • La mujer de negocios de hoy define prioridades con su tiempo y energía.

Las mujeres de negocios tenemos múltiples obligaciones personales, familiares, laborales y sociales. Como malabaristas, tratamos de equilibrar todas nuestras responsabilidades y frecuentemente nos sentimos culpables y estresadas por no lograr el balance que quisiéramos. Queremos brindarle a nuestras familias y amigos el tiempo y atención que merecen, queremos salir adelante profesionalmente y ayudar en nuestras comunidades, pero no queremos sentirnos agotadas, frustadas o incapaces.  ¿Qué hacen las mujeres de negocios exitosas? Priorizan su tiempo y energía haciendo las cosas que aman hacer, las que les generan felicidad genuina. ¿Cuáles son esas dos o tres prioridades en sus vidas?  Está dedicándoles el tiempo y energía a sus prioridades según el nivel de importancia que les otorga?  ¿Cuán capaces son de decir “no” a las situaciones que les generan insatisfacción?


  • La mujer de negocios de hoy es persistente, esforzada e intencional en sus acciones.

Es valiente. Trabaja largas horas y sacrifica su gratificación a corto plazo por los beneficios a largo plazo.  No se rinde. Lo intenta, y si falla, lo vuelve a intentar.  Está dispuesta a asumir riesgos calculados, a equivocarse, aún frente a otros, y está dispuesta a levantarse cada vez con más determinación.


  • La mujer de negocios de hoy tiene fortaleza de caracter y es capaz de vender sus ideas.

Ya pasó el siglo en el que se debía quedar callada en señal de humildad, dejando que los hombres en la oficina se llevaran el crédito de su trabajo.  Las mujeres de negocios de hoy entienden la importancia de ser asertivas, poseer una alta autoestima, mercadearse a sí mismas y convencer a otros del valor de sus ideas.  Pueden apalancarse en su inteligencia emocional, capacidades interpersonales y habilidades comunicativas para generar confianza en otros, así como liderar equipos de trabajo con el ejemplo y servir como modelo a seguir.


  • La mujer de negocios de hoy es capaz de disfrutar del fruto de su labor.

A mayor esfuerzo, mayor derecho tenemos de disfrutar de los beneficios que nos genera ese esfuerzo.  Las mujeres de negocios de hoy también saben invertir en sí mismas, ya sea apartando tiempo y dinero para compartir con la familia y amigos, irse de vacaciones, hacerse un masaje, tener alguna afición o comprarse algún gustito.  Cualquier inversión en salud, educación o bienestar personal es bien merecida, por lo que no debería venir acompañada de sentimientos de culpabilidad.


  • La mujer de negocios define el éxito en sus propios términos. 

La mujer de negocios de este siglo no permite que otros le definan lo que es ser exitosa.  En cambio, ella toma el control sobre su propio destino y define por sí misma lo que considera la haría sentirse exitosa.  ¿Desea casarse y tener hijos?  ¿Tener muchos amigos?  ¿O prefiere dedicar su tiempo a cultivar sus intereses intelectuales?  ¿Quiere ganar mucho dinero y prestigio para ejercer su poder con responsabilidad? ¿Desea tener una excelente relación con Dios?  Considera que es importante servir como voluntaria en su comunidad o participar de la vida pública?  ¿Opina que se puede tener familia y además liderar una empresa propia?  La respuesta la tiene, no sus bien intencionados familiares, amigos, colegas, o charlistas, sino cada mujer en su interior.


  • ¿Es usted una mujer emprendedora de negocios con posibilidades de éxito?

Tendrá más posibilidades de éxito si:
  • se motiva a sí misma, no ocupando ni requiriendo que alguien le diga qué hacer.
  •  es una tomadora de riesgos calculados con alta tolerancia hacia el fracaso.
  •  le gusta estar en control y tomar las decisiones.
  • está altamente motivada y es inagotable, con un alto nivel de energía que pueda sostener a lo largo del tiempo.
  •  tuvo padres y familiares que fueran emprendedores en su infancia.
  • es creativa e innovadora, una tomadora de decisiones nata, capaz de pensar rápidamente y hacer que las cosas sucedan.
  • tiene un alto deseo de autonomía, de ser su propia jefa, de querer vivir su vida bajo sus propios términos. 


Muchas gracias por su atención.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Retornos sobre la inversión de un posgrado


Silvia Castro, Ph.D.
Rectora de ULACIT


Existen muy buenas razones para querer proseguir con estudios de posgrado.  Algunos desean opciones de ascenso laboral y el mejoramiento en sus condiciones salariales.    Un estudio efectuado por ULACIT de su población de egresados demuestra que la diferencia entre el ingreso mensual que devengan los graduados de bachillerato en distintas disciplinas, y los que obtienen el grado de maestría, es de medio millón de colones, en promedio.  Este estudio es consistente con otros estudios a nivel mundial, como el GMAC Global MBA Survey 2006 Comprehensive Report, que demuestran que los graduados de programas de posgrado ganan más dinero.

Pero el mejoramiento salarial no es la única razón por la cual las personas optan por efectuar estudios de maestría, especialidades y doctorados.   Ciertos profesionales buscan simplemente satisfacer su curiosidad intelectual o bien actualizarse en su campo. Otros buscan diversificar sus competencias laborales para mejorar sus niveles de empleabilidad o poder asumir responsabilidades que les generen mayor satisfacción. Es muy razonable, entonces, que un psicólogo quiera matricular una maestría en Recursos Humanos, o que un biólogo busque ampliar su perfil profesional con una maestría en Gerencia de Proyectos, más aún cuando saben que las grandes empresas valoran la formación multidisciplinar de los trabajadores.

Aún otras personas encuentran en un posgrado una forma de hacer la transición hacia otra profesión por deseo o necesidad, y es así como un periodista podría convertirse en mercadólogo, o un ingeniero electrónico, en emprendedor. En efecto, las especialidades y maestrías profesionales son excelentes alternativas para actualizar, profundizar y diversificar las competencias laborales de las personas, sobre todo porque son inversiones, en tiempo y dinero, que se recuperan a muy corto plazo.

Existen otros beneficios intangibles.  Para nadie es secreto que un título universitario de posgrado es más prestigioso que uno de grado, y es algo que las compañías e instituciones saben valorar en sus procesos de contratación.  Más aún, en Costa Rica, en donde solo el 1% de la población se gradúa a nivel de maestría, ostentar ese grado es un gran logro que ofrece al graduado la posibilidad de ingresar a un segmento élite de la población, aumentar su credibilidad en el campo y ser reconocido socialmente.

Con un posgrado de calidad en cualquier disciplina el graduado tendría más posibilidades de realizar funciones gerenciales que ofrecen mayor flexibilidad en el trabajo, retos más interesantes y beneficios complementarios, como la posibilidad de viajar, de capacitarse o de conocer a personas importantes.  El obtener un título de posgrado ciertamente tiene el potencial de mejorar la autoestima del graduado, así como su satisfacción con el trabajo que realiza.

Pero los beneficios de cursar estudios de posgrado no son solo individuales, sino sociales.  La educación de posgrado juega un papel fundamental en el mundo contemporáneo y su importancia crecerá en el futuro.  Para encontrar respuestas a los retos del siglo XXI, asegurar el bienestar social, y mejorar la posición de liderazgo intelectual de Costa Rica en la economía del conocimiento global, se requiere de una fuerza laboral altamente calificada, creativa e innovadora.  A esta fuerza laboral la preparan los programas de posgrado, en particular los programas doctorales.  Costa Rica tiene mucho camino por recorrer en este sentido, ya que solo el 0,03% de la población ostenta esa formación.

Los programas doctorales de prestigio ofrecen oportunidades para ampliar su comprensión de los fenómenos que estudie la disciplina, así como para investigar, publicar, colaborar con expertos en proyectos de alta complejidad, emplear las mejores herramientas disponibles, y contribuir con descubrimientos e invenciones de gran relevancia para la humanidad, con la posibilidad de obtener fondos o bien reconocimiento internacional. Los estudios doctorales además son imprescindibles para dedicarse a la docencia en las mejores universidades del mundo.

Finalmente, hay profesionales que buscan estudiar un posgrado simplemente porque quieren.  Cualquier razón es buena cuando el estudio se emprende con convicción.

jueves, 5 de julio de 2012

Entrevista sobre reconocimiento de QS World University Rankings

Reconocimiento a la Excelencia, publicado el 5 de julio de 2012 en La República


¿Qué criterios le merecieron a ULACIT ser reconocida como la universidad privada número uno en el país?


QS World University Rankings nos clasificó en primer lugar a nivel nacional por la reputación con empleadores y el porcentaje de profesores con título doctoral. Para ingresar al ranking, también se valoraron la reputación académica, publicaciones, impacto en la web y la razón del número de alumnos por profesor...

jueves, 21 de junio de 2012

Educación privada facilita el acceso a la UCR


Finalmente se publican los datos reales: "En los últimos cinco años un estudiante de un colegio privado ha tenido el doble de probabilidades de ser aceptado en la Universidad de Costa Rica que un estudiante proveniente de un colegio público, según cálculos basados en datos de la Oficina de Registro e Información(ORI) de esa institución.Lea más aquí.

Solo el 10% de los alumnos se egresan de la educación secundaria privada, pero en la UCR, el 40% de los alumnos provienen de la secundaria privada, por lo que habría que cuestionarse a quién subsidia el FEES... Eso es solidaridad al estilo costarricense.

viernes, 18 de mayo de 2012

Discurso en el Día Contra la Homofobia, 17 de mayo de 2012


Decía en días pasados, en un conversatorio sobre la autonomía universitaria en la UNED, que los académicos valoramos nuestra libertad para poder opinar sobre asuntos de interés público, sin perder nuestro carácter crítico y transformador. ¡Qué mejor momento que el Día Nacional Contra la Homofobia para hacer uso de nuestra libertad de enseñanza y de expresión nuevamente, protegidas por la misma Constitución Política, para pedir un alto a la discriminación y la violencia que experimentan las lesbianas, los gays, bisexuales y personas trans en nuestro país, y para exigir que el Gobierno impulse legislación que proteja los derechos humanos de estas personas, nacidos en igualdad de dignidad y derechos que cualquier otra!


Las personas LGBTI nacen en todas las familias, indistintamente del país, la etnia, la edad, la condición socioeconómica y la creencia religiosa. Son nuestros familiares, nuestros amigos, vecinos, compañeros de estudio y de trabajo. 


Todos tienen el derecho a ser comprendidos, amados y respetados. Sus derechos no dependen de quienes son o a quienes amen.

Sin embargo, parece ser que algunos conciudadanos tienen problemas con la mera existencia de otros seres humanos cuya diversidad sexual, orientación de sus afectos, o sentimiento de pertenencia social, no concuerda con su apariencia o con el sexo identificado en el nacimiento. Tristemente, muchos líderes de opinión, políticos y líderes religiosos han querido hacer creer que las personas LGBTI amenazan las nociones culturales y religiosas de familia y género, por la forma en que se ven o se comportan.

Los prejuicios populares, los chistes de mal gusto y el discurso inflamatorio y agresivo en contra de seres humanos inocentes y vulnerabilizados, atizado por visiones parcializadas de la realidad o desactualizadas de lo que constituye la orientación sexual o la identidad de género, sigue siendo parte de la realidad cotidiana en miles de hogares, medios de comunicación, centros escolares, centros de trabajo y la comunidad costarricense en general. Estas personas son objeto de burla, y son discriminadas, golpeadas y aterrorizadas muchas veces por los mismos que se suponen que deben protegerlos. Además, son obstaculizadas oportunidades para trabajar y aprender, expulsados de sus hogares, y obligados a negar quienes realmente son para protegerse del estigma y el rechazo. Sabemos que muchas personas viven marginación. En muchos casos, la desprotección y el temor les impiden hacer valer sus derechos, una realidad que a nadie parece preocuparle.

Es un fenómeno verdaderamente paradójico, en particular porque la gran mayoría de la población costarricense profesa el cristianismo, fuente de compasión y amor por el prójimo. Adoptando una actitud verdaderamente cristiana, nos tendríamos que preguntar: “¿Cómo me sentiría si fuera prohibido amar a la persona que amo? ¿Cómo me sentiría si fuera discriminado por algo de mí mismo que no puedo cambiar?

Con frecuencia se escuchan creencias como que los gay son pedófilos, que el homosexualismo es una enfermedad que puede ser transmitida o curada, y que los gays motivan a otros a ser gay. Esos argumentos son simplemente falsos y reflejan una grave ausencia de información. La homosexualidad no es un trastorno mental ni una perversión sexual. Estudios internacionales han demostrado que existen múltiples factores biológicos que interactúan con múltiples factores ambientales en la definición de conductas homosexuales. Cualquier explicación simplista es un absurdo reduccionismo de una realidad compleja. Nuestro papel en la Universidad es asegurarnos de difundir el conocimiento existente sobre el homosexualismo y asegurarnos de que todos los miembros de la comunidad universitaria encuentren en ULACIT un espacio de respeto y aprecio a la diversidad; que puedan sentirse cómodos siendo ellos mismos. El Club de Diversidad juega un papel preponderante en impulsar ambos cometidos.

Las actitudes homofóbicas y transfóbicas tienden a legitimar la discriminación y la estigmatización, por lo que el Estado, el máxime protector de los derechos de todos sus ciudadanos, está llamado a actuar con celeridad y eficacia en la defensa de los derechos de esta población. Las personas LGBTI tienen el derecho a la vida en familia, al matrimonio, a la privacidad, a la salud, a la educación, a la integridad física. Las personas LGBTI pueden motivar al Estado a definir legislación que los proteja, pero ocupan el apoyo de todos nosotros, las mayorías, para impulsar el cambio político. No podemos permitir que nadie cometa abusos de los derechos humanos de esta población y que el Estado vuelva la mirada hacia el otro lado, arguyendo que hay otras prioridades. El liderazgo, por definición, significa estar al frente de su gente cuando su gente lo necesita, no cuando le es conveniente. El verdadero liderazgo significa defender la dignidad y derechos de todos los ciudadanos, porque es lo correcto, a pesar del costo político que esa defensa conlleve.

domingo, 13 de mayo de 2012

Respuestas ágiles a los requerimientos del mercado laboral

Publicado en el Periódico La República, el 10 de mayo de 2012




CINDE y el INCAE recién publicaron un estudio sobre la disponibilidad de capital humano en Costa Rica, con el objetivo de proponer acciones para hacerle frente a los requerimientos de las empresas multinacionales.


El estudio viene a confirmar que existe una brecha en el número de graduados universitarios, así como deficiencias en su preparación, en particular relacionadas con sus capacidades para comunicarse, resolver problemas, trabajar en equipo, utilizar herramientas tecnológicas, gestar nuevos emprendimientos, manipular números y hablar inglés. La educación costarricense no está siendo capaz de preparar a sus alumnos para procesos productivos más complejos.


¿Soluciones? ULACIT ha implementado un nuevo programa de estudios generales, aprobado por CONESUP en la carrera de Ingeniería en Seguridad Laboral y Ambiental, y, actualmente, en proceso de presentación y aprobación en todas las demás carreras de bachillerato. Catorce cursos pretenden desarrollar integralmente al estudiante, incluyendo su razonamiento lógico-verbal, cuantitativo y moral; el pensamiento científico; la comunicación oral, escrita y audiovisual, en español e inglés; las habilidades interpersonales como el liderazgo y el trabajo en equipo, la administración de proyectos, la creación de empresas y el uso de herramientas tecnológicas.


El nuevo programa de estudios generales se basó primordialmente en los análisis curriculares efectuados por ULACIT durante los últimos dos años, así como en la última actualización del programa de estudios generales de la Universidad de Harvard. Esperamos así atender con mayor efectividad los requerimientos del mercado laboral señalados en este último informe.

martes, 24 de abril de 2012

Presupuestos y Autonomía Universitaria



Conversatorio realizado el 24 de abril de 2012
Vealo en Onda UNED

Señor Luis Guillermo Carpio, Rector de esta distinguida institución;
Señor José Andrés Masís, director de la Oficina de Planificación de la Educación Superior- OPES- de CONARE;
Señora Lizette Brenes, Vicerrectora de Investigación en la UNED;
Señores y señoras:


Solo mediante la libertad de enseñanza es posible asegurar el desarrollo de las iniciativas en materia de educación que responden a agendas alternativas o complementarias a las estatales.  Por eso, los académicos de las instituciones privadas valoramos nuestra libertad para definir qué y cómo queremos enseñar.  También defendemos nuestro derecho a poder opinar sobre asuntos de interés público, emprender acciones sociales, investigar y organizar, administrativa y financieramente, el quehacer universitario como mejor convenga- sin temor a perder nuestro carácter crítico y transformador, ya que las libertades de enseñanza y de expresión en las instituciones privadas están protegidas por la Constitución Política, en sus artículos 28 y 79.

Al igual que las universidades públicas, las privadas también tenemos derecho a determinar cómo podemos incidir sobre el contexto social, científico, cultural y económico de nuestro entorno, y ejecutar nuestros planes, programas y presupuestos como mejor consideremos, pudiendo así satisfacer objetivos públicamente deseables con creatividad y flexibilidad.  En efecto, la Constitución Política garantiza nuestro derecho a emprender cualquier acción, siempre y cuando no dañemos la moral o el orden público, y que no perjudiquemos a terceros.   Así sabiamente se dispuso porque solo con libertad de escogencia y de acción, se puede emprender el trabajo que se espera de nosotros.

Valoramos nuestra libertad y la añoramos cada vez que sufrimos las arbitrariedades y los atropellos por parte de los administradores públicos de turno. Pero bueno, este podría ser el tema de otro conversatorio.

Las universidades privadas somos libres, y las universidades públicas son autónomas.  Sus libertades las protege la Constitución Política que, en su artículo 84, les otorga la independencia para el desempeño de sus funciones, capacidad jurídica para adquirir derechos y contraer obligaciones, y la capacidad para darse su propia organización y gobierno.

Los poderes del Estado deben proteger la libertad en las universidades, derecho irrevocable en ambos sectores, para que estas puedan cumplir con sus misiones institucionales, y no obligarlas a reaccionar ante las prioridades cortoplacistas de las agendas electorales ni a las injerencias injustificadas de los administradores públicos.

A mayor libertad, mayor responsabilidad.  A cambio de la confianza otorgada por la sociedad, en todas las universidades tenemos la obligación de asegurar la calidad de los procesos educativos, garantizar la costo-efectividad en la gestión de los recursos, y ante todo, rendir cuentas públicamente sobre nuestros resultados.

Qué significa rendir cuentas?  No significa enviar los presupuestos a la Contraloría. Significa, por ejemplo, que cualquier ciudadano o investigador debería poder recurrir a una sola página Web para consultar la última fecha de actualización de todos los planes de estudios impartidos en el país, los contenidos de los programas, el número de matriculados, las tasas y tiempos de graduación, la composición sociodemográfica y académica de la población estudiantil, las tasas de deserción, los perfiles y tiempos de dedicación del personal docente, el porcentaje de becas otorgadas, y el costo total de educar a cada estudiante, entre otros indicadores de productividad académica.  Para visualizar la propuesta, pueden navegar hacia la página de IPEDS en Estados Unidos. IPEDS, una gigantesca base de datos, recoge y sistematiza cientos de variables de instituciones públicas y privadas de educación post-secundaria y el acceso es público y gratuito. 

A cambio de nuestras libertades, las universidades también tenemos la responsabilidad de generar eficiencias en el sistema educativo, como por ejemplo, facilitando los procesos de articulación entre niveles educativos e instituciones; eliminando subsidios en programas educativos poco productivos; rediseñando el currículum universitario; ampliando los cupos universitarios en carreras de importancia estratégica para el país; incorporando tecnologías para reducir los costos y mejorar los procesos de aprendizaje; revisando las políticas y procedimientos académicos para facilitar los procesos de graduación; ofreciendo mayores oportunidades para que los alumnos presenten suficiencias por el aprendizaje obtenido a través de procesos educativos previos y la experiencia; compartiendo el uso de recursos entre instituciones; y abriendo periodos lectivos a lo largo del todo el año, y no solo en dos semestres.  Este es el precio que debemos pagar para disfrutar de la libertad de enseñanza.  

Con respecto a la autonomía económica, las instituciones públicas cuentan con un derecho otorgado por la Constitución Política:  el mismo artículo 84 indica que “el Estado las dotará de patrimonio propio y colaborará en su financiación".  Este enunciado resulta ambiguo en muchos sentidos, por lo que se ha prestado para múltiples interpretaciones: ¿Está realmente el Estado obligado a dotar a las instituciones públicas con rentas suficientes para su funcionamiento o solamente contribuir con su financiación? ¿Qué pasa si el Estado no está en condiciones de dotarlas con rentas suficientes? ¿Cuáles rentas son verdaderamente suficientes? ¿A cuáles universidades se debe dotar de recursos y en qué cantidad? A cuáles criterios debería obedecer la distribución de los recursos entre universidades? ¿Cuál es la responsabilidad de cada institución de auto-financiar sus propios servicios? ¿Cuáles son los mecanismos más apropiados para fiscalizar las rentas privadas que ingresan a las universidades públicas? ¿Qué resultados concretos podría razonablemente esperar la sociedad a cambio de los recursos públicos invertidos?

En Costa Rica, solo diez de cada cien costarricenses tiene grado universitario, y solo uno de cada cien se gradúa en disciplinas estratégicas para la competitividad económica, en carreras ingenieriles, científicas, tecnológicas y matemáticas.  Los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en cambio, reflejan una tasa promedio del 27.42%, tres veces más alta que la de Costa Rica. Además, la tasa de participación en educación superior de Costa Rica es la mitad de la tasa promedio de los países más desarrollados, lo que limita nuestra capacidad para competir globalmente en la economía del conocimiento.  Difícilmente el país sea capaz de financiar la educación terciaria de todos los costarricenses, por lo que debe tomar decisiones sobre cómo invertir mejor sus recursos.  Tomemos en cuenta que, en los últimos cuarenta años, la población estudiantil universitaria  creció de 12 mil estudiantes a 160 mil. 

En estos tiempos de déficit fiscal, deberíamos preguntarnos ¿Por qué algunos costarricenses tienen el derecho de asistir a la universidad de forma gratuita y otros no?  Podríamos plantearnos la posibilidad de que el Estado otorgase los recursos, no a las instituciones públicas directamente, sino a través de los alumnos con mayores necesidades financieras, para que así existiese una sana competencia académica entre instituciones con programas acreditados por reclutar estudiantes becados.

Podríamos preguntarnos, además, si los egresados de las universidades públicas deberían devolver los fondos públicos que fueron invertidos en ellos, por haber recibido un beneficio individual y haber aumentado su capital intelectual y capacidad adquisitiva a futuro. 

Y ¿por qué no valoramos la posibilidad de ajustar los subsidios que se vienen otorgando a los estudiantes, según la capacidad económica de sus familias?

Algunos se preocupan por que el cobrar a los alumnos de familias de altos ingresos económicos pudiera ser considerado discriminatorio y que desestimularía el ingreso de los estudiantes con excelente rendimiento académico a las instituciones públicas. En mi criterio es discriminatorio dar un trato preferencial, en la forma de un subsidio, a un segmento de la población estudiantil que viene pagando mucho más por su educación en la secundaria privada, cuando se está dejando por fuera a miles de graduados del sistema secundario público, graduados, que dicho sea de paso, formó el mismo Estado.  Por otra parte, la preocupación de desestimular el ingreso de los alumnos con capacidad de pago y con excelente rendimiento académico también es improcedente.  Las mejores universidades siempre reclutan a los mejores estudiantes aunque cobren por su servicio, máxime cuando estos cuentan con las condiciones socioeconómicas para pagar.  Lo que pagarían los alumnos más adinerados se podría utilizar para ofrecer más cupos a los alumnos de escasos recursos.

Concuerdo con que el Estado debe proteger la estabilidad en los ingresos que destina a la educación superior, pero no sin que el financiamiento esté vinculado a indicadores de productividad.  La autonomía económica no es un valor que la sociedad costarricense pueda ni deba apoyar incondicionalmente, quinquenio tras quinquenio, sin que el Estado haya llegado a un consenso con las universidades con respecto a las responsabilidades y derechos de cada quien y los tipos de rendición de cuentas que pueden satisfacer las necesidades institucionales y garantizar el bien público. 

Como verán, el Estado juega un papel preponderante en fortalecer la educación superior porque es a quien corresponde iniciar un diálogo democrático con respecto a las metas estratégicas que se deberían fijar sobre la inversión que realiza en las universidades, construir una agenda de país con altos indicadores de desempeño, evaluar continuamente los resultados y establecer los mecanismos e incentivos adecuados para garantizar la calidad de los procesos educativos y el acceso a la educación superior.  Al final, deberían llegar a un consenso con respecto a lo que definen como el “bien común”.  Además, el Estado debe, de una vez por todas, cumplir con su responsabilidad estipulada por la Constitución Política en el artículo 80,  que define cómo piensa estimular la iniciativa privada en materia educacional.  Esta se incentiva porque viene a contribuir con los fines públicos, sin que le cueste un colón adicional al Estado.  Si asumiera su papel con liderazgo y asertividad, Costa Rica podría convertirse en un centro internacional de educación superior, atrayendo a estudiantes de todas partes del mundo, dispuestos a pagar lo que realmente valen nuestros servicios educativos, contribuyendo así con el desarrollo económico, cultural y social que tanto aspiramos tener. 

Agradezco profundamente a la UNED haber sido invitada a este foro en el marco de la celebración de la autonomía universitaria y la atención que me han brindado. Qué tengan buenos días.