lunes, 8 de octubre de 2012
Resultados de la implementación del nuevo modelo de enseñanza en ULACIT
Desde el 2010, la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (ULACIT) ubicada en San José, Costa Rica, ha implementado un modelo de aprendizaje basado en la EpC (Enseñanza para la Comprensión). En la edición Nº8 de la Revista Iberoamericana de Educación Superior (RIES), Edgar Salgado-García habla de como ha sido el proceso y los resultados de la implementación.
ULACIT aplica un nuevo modelo de enseñanza
jueves, 27 de septiembre de 2012
LA MUJER DE NEGOCIOS EN EL SIGLO XXI
I Congreso de Mujeres Emprendedoras de Costa Rica
Por Silvia Castro Montero
27 de noviembre de 2012
El comité
organizador de este evento me invitó a conversarles sobre la mujer de negocios
en este siglo. Como estoy rodeada de
mujeres de negocios y todas sabrán, al igual que yo, cómo se siente ser
nosotras, compartiré con ustedes algunas ideas sobre las características de
mujeres de negocios exitosas en este siglo, en especial sobre mujeres
emprendedoras.
- Primeramente, la mujer de negocios de hoy tiene disposición para el aprendizaje y se prepara.
Decía Séneca, el
filósofo griego, que la suerte es aquello que sucede cuando la preparación y la
oportunidad se encuentran. Sin
conocimiento, ¿cómo podríamos reconocer una buena oportunidad? ¿Sin conocimiento, cómo sabríamos reaccionar
ante esa oportunidad?
Si antes se les limitaban
las posibilidades de estudio a ciertos niveles educativos y disciplinas, las
mujeres de hoy valoran la importancia de aprender para lograr el éxito
profesional. De hecho, ahora hay más mujeres que hombres estudiando en las
universidades. Usted también debe saber aprovechar las oportunidades de
formación académica y educación continua que se le presenten. No postergue el estudio hasta cuando se le
presenten mejores condiciones, porque aunque la educación no garantiza el
éxito, sí mejora sus probabilidades de alcanzarlo.
- La mujer de negocios de hoy confía en su intuición y cree en sí misma.
La intuición no es
otra cosa que el conocimiento derivado de la experiencia. Las mujeres de negocios del siglo XXI creen
en sí mismas. Confían en que su
intuición le puede dar importantes pistas sobre sus clientes, las causas de un
problema o las posibles consecuencias de una decisión. Son muy observadoras,
analíticas y buenas escuchas. Exploran el problema a fondo para recopilar más
información y reflexionan sobre las opciones de acción y la razonabilidad de
las decisiones.
- La mujer de negocios de hoy tiene claros sus valores y los sigue consistentemente.
La mujer de negocios sabe discernir entre el bien y el mal. Vive una vida íntegra. Tiene claros sus valores y no está dispuesta a negociarlos. Defiende a capa y espada sus creencias. Cuando la vida le pone en el camino dilemas éticos, puede confiar en que tomará las decisiones correctas si actúa conscientemente. Ante estas situaciones, se pregunta: “¿A quién perjudicaría si emprendo esta acción? ¿Qué haría la persona que más respeto? ¿Cómo sería percibida por otros? Dormiría tranquilamente?“ La mayor parte de los errores éticos los cometemos por actuar precipitadamente, sin pensar con profundidad.
- La mujer de negocios de hoy se conoce a sí misma, tiene un claro sentido de propósito y pasión por lo que hace.
La mujer de
negocios exitosa conoce claramente sus fortalezas y debilidades, y utiliza ese
conocimiento a su favor. Cuando se
conoce a sí misma, puede descubrir qué la hace feliz, definirse las metas que
quiere lograr y las formas en que puede lograrlo. Conoce sus preferencias y necesidades. Utiliza
esa información sobre sí misma para trazarse planes de automejoramiento y evalúa
el nivel de alcance de sus metas. Tiene una visión para sí misma y para su
empresa. Sabe lo que la apasiona. Además,
valora la importancia de buscar asesoría en áreas que no son de su competencia
y se rodea de gente de la que pueda aprender.
- La mujer de negocios de hoy define prioridades con su tiempo y energía.
Las mujeres de negocios tenemos múltiples obligaciones personales, familiares, laborales y sociales. Como malabaristas, tratamos de equilibrar todas nuestras responsabilidades y frecuentemente nos sentimos culpables y estresadas por no lograr el balance que quisiéramos. Queremos brindarle a nuestras familias y amigos el tiempo y atención que merecen, queremos salir adelante profesionalmente y ayudar en nuestras comunidades, pero no queremos sentirnos agotadas, frustadas o incapaces. ¿Qué hacen las mujeres de negocios exitosas? Priorizan su tiempo y energía haciendo las cosas que aman hacer, las que les generan felicidad genuina. ¿Cuáles son esas dos o tres prioridades en sus vidas? Está dedicándoles el tiempo y energía a sus prioridades según el nivel de importancia que les otorga? ¿Cuán capaces son de decir “no” a las situaciones que les generan insatisfacción?
- La mujer de negocios de hoy es persistente, esforzada e intencional en sus acciones.
Es valiente. Trabaja largas horas y sacrifica su gratificación a corto plazo por los beneficios a largo plazo. No se rinde. Lo intenta, y si falla, lo vuelve a intentar. Está dispuesta a asumir riesgos calculados, a equivocarse, aún frente a otros, y está dispuesta a levantarse cada vez con más determinación.
- La mujer de negocios de hoy tiene fortaleza de caracter y es capaz de vender sus ideas.
Ya pasó el siglo
en el que se debía quedar callada en señal de humildad, dejando que los hombres
en la oficina se llevaran el crédito de su trabajo. Las mujeres de negocios de hoy entienden la
importancia de ser asertivas, poseer una alta autoestima, mercadearse a sí
mismas y convencer a otros del valor de sus ideas. Pueden apalancarse en su inteligencia
emocional, capacidades interpersonales y habilidades comunicativas para generar
confianza en otros, así como liderar equipos de trabajo con el ejemplo y servir
como modelo a seguir.
- La mujer de negocios de hoy es capaz de disfrutar del fruto de su labor.
A mayor esfuerzo, mayor derecho tenemos de disfrutar de los beneficios que nos genera ese esfuerzo. Las mujeres de negocios de hoy también saben invertir en sí mismas, ya sea apartando tiempo y dinero para compartir con la familia y amigos, irse de vacaciones, hacerse un masaje, tener alguna afición o comprarse algún gustito. Cualquier inversión en salud, educación o bienestar personal es bien merecida, por lo que no debería venir acompañada de sentimientos de culpabilidad.
- La mujer de negocios define el éxito en sus propios términos.
La mujer de negocios de este siglo no permite que otros le definan lo que es ser exitosa. En cambio, ella toma el control sobre su propio destino y define por sí misma lo que considera la haría sentirse exitosa. ¿Desea casarse y tener hijos? ¿Tener muchos amigos? ¿O prefiere dedicar su tiempo a cultivar sus intereses intelectuales? ¿Quiere ganar mucho dinero y prestigio para ejercer su poder con responsabilidad? ¿Desea tener una excelente relación con Dios? Considera que es importante servir como voluntaria en su comunidad o participar de la vida pública? ¿Opina que se puede tener familia y además liderar una empresa propia? La respuesta la tiene, no sus bien intencionados familiares, amigos, colegas, o charlistas, sino cada mujer en su interior.
- ¿Es usted una mujer emprendedora de negocios con posibilidades de éxito?
Tendrá más posibilidades de éxito si:
- se motiva a sí misma, no ocupando ni requiriendo que alguien le diga qué hacer.
- es una tomadora de riesgos calculados con alta tolerancia hacia el fracaso.
- le gusta estar en control y tomar las decisiones.
- está altamente motivada y es inagotable, con un alto nivel de energía que pueda sostener a lo largo del tiempo.
- tuvo padres y familiares que fueran emprendedores en su infancia.
- es creativa e innovadora, una tomadora de decisiones nata, capaz de pensar rápidamente y hacer que las cosas sucedan.
- tiene un alto deseo de autonomía, de ser su propia jefa, de querer vivir su vida bajo sus propios términos.
Muchas gracias por
su atención.
domingo, 16 de septiembre de 2012
Retornos sobre la inversión de un posgrado
Silvia
Castro, Ph.D.
Rectora
de ULACIT
Existen muy buenas razones para querer proseguir con estudios de
posgrado. Algunos desean opciones de
ascenso laboral y el mejoramiento en sus condiciones salariales. Un estudio efectuado por ULACIT de su
población de egresados demuestra que la diferencia entre el ingreso mensual que
devengan los graduados de bachillerato en distintas disciplinas, y los que obtienen
el grado de maestría, es de medio millón de colones, en promedio. Este estudio es consistente con otros
estudios a nivel mundial, como el GMAC Global MBA Survey 2006 Comprehensive
Report, que demuestran que los graduados de programas de posgrado ganan más
dinero.
Pero el mejoramiento salarial no es la única razón por la cual las personas optan por efectuar estudios de maestría, especialidades y doctorados. Ciertos profesionales buscan simplemente satisfacer su curiosidad intelectual o bien actualizarse en su campo. Otros buscan diversificar sus competencias laborales para mejorar sus niveles de empleabilidad o poder asumir responsabilidades que les generen mayor satisfacción. Es muy razonable, entonces, que un psicólogo quiera matricular una maestría en Recursos Humanos, o que un biólogo busque ampliar su perfil profesional con una maestría en Gerencia de Proyectos, más aún cuando saben que las grandes empresas valoran la formación multidisciplinar de los trabajadores.
Aún otras personas encuentran en un posgrado una forma de hacer la transición
hacia otra profesión por deseo o necesidad, y es así como un periodista podría
convertirse en mercadólogo, o un ingeniero electrónico, en emprendedor. En
efecto, las especialidades y maestrías profesionales son excelentes
alternativas para actualizar, profundizar y diversificar las competencias
laborales de las personas, sobre todo porque son inversiones, en tiempo y
dinero, que se recuperan a muy corto plazo.
Existen otros beneficios intangibles. Para nadie es secreto que un título universitario de posgrado es más prestigioso que uno de grado, y es algo que las compañías e instituciones saben valorar en sus procesos de contratación. Más aún, en Costa Rica, en donde solo el 1% de la población se gradúa a nivel de maestría, ostentar ese grado es un gran logro que ofrece al graduado la posibilidad de ingresar a un segmento élite de la población, aumentar su credibilidad en el campo y ser reconocido socialmente.
Con un posgrado de calidad en cualquier disciplina el graduado tendría más posibilidades de realizar funciones gerenciales que ofrecen mayor flexibilidad en el trabajo, retos más interesantes y beneficios complementarios, como la posibilidad de viajar, de capacitarse o de conocer a personas importantes. El obtener un título de posgrado ciertamente tiene el potencial de mejorar la autoestima del graduado, así como su satisfacción con el trabajo que realiza.
Pero los beneficios de cursar estudios de posgrado no son solo individuales, sino sociales. La educación de posgrado juega un papel fundamental en el mundo contemporáneo y su importancia crecerá en el futuro. Para encontrar respuestas a los retos del siglo XXI, asegurar el bienestar social, y mejorar la posición de liderazgo intelectual de Costa Rica en la economía del conocimiento global, se requiere de una fuerza laboral altamente calificada, creativa e innovadora. A esta fuerza laboral la preparan los programas de posgrado, en particular los programas doctorales. Costa Rica tiene mucho camino por recorrer en este sentido, ya que solo el 0,03% de la población ostenta esa formación.
Los programas doctorales de prestigio ofrecen oportunidades para ampliar su comprensión de los fenómenos que estudie la disciplina, así como para investigar, publicar, colaborar con expertos en proyectos de alta complejidad, emplear las mejores herramientas disponibles, y contribuir con descubrimientos e invenciones de gran relevancia para la humanidad, con la posibilidad de obtener fondos o bien reconocimiento internacional. Los estudios doctorales además son imprescindibles para dedicarse a la docencia en las mejores universidades del mundo.
Finalmente, hay profesionales que buscan estudiar un posgrado simplemente porque quieren. Cualquier razón es buena cuando el estudio se emprende con convicción.
Pero el mejoramiento salarial no es la única razón por la cual las personas optan por efectuar estudios de maestría, especialidades y doctorados. Ciertos profesionales buscan simplemente satisfacer su curiosidad intelectual o bien actualizarse en su campo. Otros buscan diversificar sus competencias laborales para mejorar sus niveles de empleabilidad o poder asumir responsabilidades que les generen mayor satisfacción. Es muy razonable, entonces, que un psicólogo quiera matricular una maestría en Recursos Humanos, o que un biólogo busque ampliar su perfil profesional con una maestría en Gerencia de Proyectos, más aún cuando saben que las grandes empresas valoran la formación multidisciplinar de los trabajadores.

Existen otros beneficios intangibles. Para nadie es secreto que un título universitario de posgrado es más prestigioso que uno de grado, y es algo que las compañías e instituciones saben valorar en sus procesos de contratación. Más aún, en Costa Rica, en donde solo el 1% de la población se gradúa a nivel de maestría, ostentar ese grado es un gran logro que ofrece al graduado la posibilidad de ingresar a un segmento élite de la población, aumentar su credibilidad en el campo y ser reconocido socialmente.
Con un posgrado de calidad en cualquier disciplina el graduado tendría más posibilidades de realizar funciones gerenciales que ofrecen mayor flexibilidad en el trabajo, retos más interesantes y beneficios complementarios, como la posibilidad de viajar, de capacitarse o de conocer a personas importantes. El obtener un título de posgrado ciertamente tiene el potencial de mejorar la autoestima del graduado, así como su satisfacción con el trabajo que realiza.
Pero los beneficios de cursar estudios de posgrado no son solo individuales, sino sociales. La educación de posgrado juega un papel fundamental en el mundo contemporáneo y su importancia crecerá en el futuro. Para encontrar respuestas a los retos del siglo XXI, asegurar el bienestar social, y mejorar la posición de liderazgo intelectual de Costa Rica en la economía del conocimiento global, se requiere de una fuerza laboral altamente calificada, creativa e innovadora. A esta fuerza laboral la preparan los programas de posgrado, en particular los programas doctorales. Costa Rica tiene mucho camino por recorrer en este sentido, ya que solo el 0,03% de la población ostenta esa formación.
Los programas doctorales de prestigio ofrecen oportunidades para ampliar su comprensión de los fenómenos que estudie la disciplina, así como para investigar, publicar, colaborar con expertos en proyectos de alta complejidad, emplear las mejores herramientas disponibles, y contribuir con descubrimientos e invenciones de gran relevancia para la humanidad, con la posibilidad de obtener fondos o bien reconocimiento internacional. Los estudios doctorales además son imprescindibles para dedicarse a la docencia en las mejores universidades del mundo.
Finalmente, hay profesionales que buscan estudiar un posgrado simplemente porque quieren. Cualquier razón es buena cuando el estudio se emprende con convicción.
jueves, 5 de julio de 2012
Entrevista sobre reconocimiento de QS World University Rankings
Reconocimiento a la Excelencia, publicado el 5 de julio de 2012 en La República
¿Qué criterios le merecieron a ULACIT ser reconocida como la universidad privada número uno en el país?
QS World University Rankings nos clasificó en primer lugar a nivel nacional por la reputación con empleadores y el porcentaje de profesores con título doctoral. Para ingresar al ranking, también se valoraron la reputación académica, publicaciones, impacto en la web y la razón del número de alumnos por profesor...
¿Qué criterios le merecieron a ULACIT ser reconocida como la universidad privada número uno en el país?
QS World University Rankings nos clasificó en primer lugar a nivel nacional por la reputación con empleadores y el porcentaje de profesores con título doctoral. Para ingresar al ranking, también se valoraron la reputación académica, publicaciones, impacto en la web y la razón del número de alumnos por profesor...
jueves, 21 de junio de 2012
Educación privada facilita el acceso a la UCR

Solo el 10% de los alumnos se egresan de la educación secundaria privada, pero en la UCR, el 40% de los alumnos provienen de la secundaria privada, por lo que habría que cuestionarse a quién subsidia el FEES... Eso es solidaridad al estilo costarricense.
viernes, 18 de mayo de 2012
Discurso en el Día Contra la Homofobia, 17 de mayo de 2012
Decía en días pasados, en
un conversatorio sobre la autonomía universitaria en la UNED, que los
académicos valoramos nuestra libertad para poder opinar sobre asuntos de
interés público, sin perder nuestro carácter crítico y transformador. ¡Qué
mejor momento que el Día Nacional Contra la Homofobia para hacer uso de nuestra
libertad de enseñanza y de expresión nuevamente, protegidas por la misma
Constitución Política, para pedir un alto a la discriminación y la violencia
que experimentan las lesbianas, los gays, bisexuales y personas trans en
nuestro país, y para exigir que el Gobierno impulse legislación que proteja los
derechos humanos de estas personas, nacidos en igualdad de dignidad y derechos
que cualquier otra!

Las personas LGBTI nacen en todas las familias, indistintamente del país, la etnia, la edad, la condición socioeconómica y la creencia religiosa. Son nuestros familiares, nuestros amigos, vecinos, compañeros de estudio y de trabajo.
Todos tienen el derecho a ser comprendidos, amados y respetados. Sus derechos no dependen de quienes son o a quienes amen.
Todos tienen el derecho a ser comprendidos, amados y respetados. Sus derechos no dependen de quienes son o a quienes amen.
Sin embargo, parece ser que algunos conciudadanos tienen problemas con la mera existencia de otros seres humanos cuya diversidad sexual, orientación de sus afectos, o sentimiento de pertenencia social, no concuerda con su apariencia o con el sexo identificado en el nacimiento. Tristemente, muchos líderes de opinión, políticos y líderes religiosos han querido hacer creer que las personas LGBTI amenazan las nociones culturales y religiosas de familia y género, por la forma en que se ven o se comportan.
Los prejuicios populares, los chistes de mal gusto y el discurso inflamatorio y agresivo en contra de seres humanos inocentes y vulnerabilizados, atizado por visiones parcializadas de la realidad o desactualizadas de lo que constituye la orientación sexual o la identidad de género, sigue siendo parte de la realidad cotidiana en miles de hogares, medios de comunicación, centros escolares, centros de trabajo y la comunidad costarricense en general. Estas personas son objeto de burla, y son discriminadas, golpeadas y aterrorizadas muchas veces por los mismos que se suponen que deben protegerlos. Además, son obstaculizadas oportunidades para trabajar y aprender, expulsados de sus hogares, y obligados a negar quienes realmente son para protegerse del estigma y el rechazo. Sabemos que muchas personas viven marginación. En muchos casos, la desprotección y el temor les impiden hacer valer sus derechos, una realidad que a nadie parece preocuparle.
Es un fenómeno verdaderamente paradójico, en particular porque la gran mayoría de la población costarricense profesa el cristianismo, fuente de compasión y amor por el prójimo. Adoptando una actitud verdaderamente cristiana, nos tendríamos que preguntar: “¿Cómo me sentiría si fuera prohibido amar a la persona que amo? ¿Cómo me sentiría si fuera discriminado por algo de mí mismo que no puedo cambiar?
Con frecuencia se escuchan creencias como que los gay son pedófilos, que el homosexualismo es una enfermedad que puede ser transmitida o curada, y que los gays motivan a otros a ser gay. Esos argumentos son simplemente falsos y reflejan una grave ausencia de información. La homosexualidad no es un trastorno mental ni una perversión sexual. Estudios internacionales han demostrado que existen múltiples factores biológicos que interactúan con múltiples factores ambientales en la definición de conductas homosexuales. Cualquier explicación simplista es un absurdo reduccionismo de una realidad compleja. Nuestro papel en la Universidad es asegurarnos de difundir el conocimiento existente sobre el homosexualismo y asegurarnos de que todos los miembros de la comunidad universitaria encuentren en ULACIT un espacio de respeto y aprecio a la diversidad; que puedan sentirse cómodos siendo ellos mismos. El Club de Diversidad juega un papel preponderante en impulsar ambos cometidos.
Las actitudes homofóbicas y transfóbicas tienden a legitimar la discriminación y la estigmatización, por lo que el Estado, el máxime protector de los derechos de todos sus ciudadanos, está llamado a actuar con celeridad y eficacia en la defensa de los derechos de esta población. Las personas LGBTI tienen el derecho a la vida en familia, al matrimonio, a la privacidad, a la salud, a la educación, a la integridad física. Las personas LGBTI pueden motivar al Estado a definir legislación que los proteja, pero ocupan el apoyo de todos nosotros, las mayorías, para impulsar el cambio político. No podemos permitir que nadie cometa abusos de los derechos humanos de esta población y que el Estado vuelva la mirada hacia el otro lado, arguyendo que hay otras prioridades. El liderazgo, por definición, significa estar al frente de su gente cuando su gente lo necesita, no cuando le es conveniente. El verdadero liderazgo significa defender la dignidad y derechos de todos los ciudadanos, porque es lo correcto, a pesar del costo político que esa defensa conlleve.
domingo, 13 de mayo de 2012
Respuestas ágiles a los requerimientos del mercado laboral
Publicado en el Periódico La República, el 10 de mayo de 2012
CINDE y el INCAE recién publicaron un estudio sobre la disponibilidad de capital humano en Costa Rica, con el objetivo de proponer acciones para hacerle frente a los requerimientos de las empresas multinacionales.
CINDE y el INCAE recién publicaron un estudio sobre la disponibilidad de capital humano en Costa Rica, con el objetivo de proponer acciones para hacerle frente a los requerimientos de las empresas multinacionales.
El
estudio viene a confirmar que existe una brecha en el número de graduados
universitarios, así como deficiencias en su preparación, en particular
relacionadas con sus capacidades para comunicarse, resolver problemas, trabajar
en equipo, utilizar herramientas tecnológicas, gestar nuevos emprendimientos,
manipular números y hablar inglés. La educación costarricense no
está siendo capaz de preparar a sus alumnos para procesos productivos más
complejos.
¿Soluciones? ULACIT ha implementado un nuevo programa de
estudios generales, aprobado por CONESUP en la carrera de Ingeniería en
Seguridad Laboral y Ambiental, y, actualmente, en proceso de
presentación y aprobación en todas las demás carreras de bachillerato.
Catorce cursos pretenden desarrollar integralmente al estudiante,
incluyendo su razonamiento lógico-verbal, cuantitativo y moral; el pensamiento
científico; la comunicación oral, escrita y audiovisual, en español e inglés;
las habilidades interpersonales como el liderazgo y el trabajo en equipo, la
administración de proyectos, la creación de empresas y el uso de herramientas
tecnológicas.
El
nuevo programa de estudios generales se basó primordialmente en los análisis
curriculares efectuados por ULACIT durante los últimos dos años, así como en la
última actualización del programa de estudios generales de la Universidad de
Harvard. Esperamos así atender con mayor efectividad los
requerimientos del mercado laboral señalados en este último informe.
miércoles, 9 de mayo de 2012
jueves, 3 de mayo de 2012
Autonomía universitaria y presupuesto del FEES se discutieron en conversatorio
Autonomía universitaria y presupuesto del FEES se discutieron en conversatorio | ![]() | ![]() | ![]() |
Escrito por Renzo Alfredo Kcuno Aimituma |
Miércoles, 02 de Mayo de 2012 17:29 |
martes, 24 de abril de 2012
Presupuestos y Autonomía Universitaria
Conversatorio realizado el 24 de abril de 2012
Vealo en Onda UNED
Señor Luis Guillermo Carpio, Rector de esta distinguida institución;
Señor José Andrés Masís, director de la Oficina de Planificación de la
Educación Superior- OPES- de CONARE;
Señora Lizette Brenes, Vicerrectora de Investigación en la UNED;
Señores y señoras:
Solo mediante la libertad de enseñanza es
posible asegurar el desarrollo de las iniciativas en materia de educación que
responden a agendas alternativas o complementarias a las estatales. Por eso, los académicos de las instituciones privadas valoramos
nuestra libertad para definir qué y cómo queremos enseñar. También defendemos
nuestro derecho a poder opinar sobre asuntos de interés público, emprender
acciones sociales, investigar y organizar, administrativa y financieramente, el
quehacer universitario como mejor convenga- sin temor a perder nuestro carácter crítico y transformador, ya que las
libertades de enseñanza y de expresión en las instituciones privadas están
protegidas por la Constitución Política, en sus artículos 28 y 79.
Al igual que las universidades públicas, las privadas también tenemos
derecho a determinar cómo podemos incidir sobre el contexto social, científico,
cultural y económico de nuestro entorno, y ejecutar nuestros planes, programas
y presupuestos como mejor consideremos, pudiendo así satisfacer objetivos
públicamente deseables con creatividad y flexibilidad. En efecto, la Constitución Política garantiza
nuestro derecho a emprender cualquier acción, siempre y cuando no dañemos la
moral o el orden público, y que no perjudiquemos a terceros. Así sabiamente se dispuso porque solo con
libertad de escogencia y de acción, se puede emprender el trabajo que se espera
de nosotros.
Valoramos nuestra libertad y la añoramos cada vez que sufrimos las arbitrariedades
y los atropellos por parte de los administradores públicos de turno. Pero
bueno, este podría ser el tema de otro conversatorio.
Las universidades privadas somos libres, y las universidades públicas son
autónomas. Sus libertades las protege la
Constitución Política que, en su artículo 84, les otorga la independencia para
el desempeño de sus funciones, capacidad jurídica para adquirir derechos y
contraer obligaciones, y la capacidad para darse su propia organización y
gobierno.
Los poderes del Estado deben proteger la libertad en las universidades,
derecho irrevocable en ambos sectores, para que estas puedan cumplir con sus
misiones institucionales, y no obligarlas a reaccionar ante las prioridades
cortoplacistas de las agendas electorales ni a las injerencias injustificadas de
los administradores públicos.
A mayor libertad, mayor responsabilidad. A cambio de la confianza otorgada por la
sociedad, en todas las universidades tenemos la obligación de asegurar la
calidad de los procesos educativos, garantizar la costo-efectividad en la
gestión de los recursos, y ante todo, rendir cuentas públicamente sobre
nuestros resultados.
Qué significa rendir cuentas? No significa enviar los
presupuestos a la Contraloría. Significa, por ejemplo, que cualquier ciudadano o
investigador debería poder recurrir a una sola página Web para consultar la
última fecha de actualización de todos los planes de estudios impartidos en el
país, los contenidos de los programas, el número de matriculados, las tasas y
tiempos de graduación, la composición sociodemográfica y académica de la
población estudiantil, las tasas de deserción, los perfiles y tiempos de
dedicación del personal docente, el porcentaje de becas otorgadas, y el costo total
de educar a cada estudiante, entre otros indicadores de productividad
académica. Para visualizar la propuesta, pueden navegar hacia la página
de IPEDS en Estados Unidos. IPEDS, una gigantesca base de datos, recoge y
sistematiza cientos de variables de instituciones públicas y privadas de
educación post-secundaria y el acceso es público y gratuito.
A cambio de nuestras libertades, las universidades también tenemos la responsabilidad
de generar eficiencias en el sistema educativo, como por ejemplo, facilitando
los procesos de articulación entre niveles educativos e instituciones;
eliminando subsidios en programas educativos poco productivos; rediseñando el
currículum universitario; ampliando los cupos universitarios en carreras de
importancia estratégica para el país; incorporando tecnologías para reducir los
costos y mejorar los procesos de aprendizaje; revisando las políticas y
procedimientos académicos para facilitar los procesos de graduación; ofreciendo
mayores oportunidades para que los alumnos presenten suficiencias por el
aprendizaje obtenido a través de procesos educativos previos y la experiencia;
compartiendo el uso de recursos entre instituciones; y abriendo periodos
lectivos a lo largo del todo el año, y no solo en dos semestres. Este es
el precio que debemos pagar para disfrutar de la libertad de enseñanza.
Con respecto a la autonomía económica, las instituciones públicas
cuentan con un derecho otorgado por la Constitución Política: el mismo artículo
84 indica que “el Estado las dotará de patrimonio propio y colaborará en su
financiación". Este enunciado resulta ambiguo en muchos sentidos,
por lo que se ha prestado para múltiples interpretaciones: ¿Está realmente el
Estado obligado a dotar a las instituciones públicas con rentas suficientes
para su funcionamiento o solamente contribuir con su financiación? ¿Qué pasa si
el Estado no está en condiciones de dotarlas con rentas suficientes? ¿Cuáles
rentas son verdaderamente suficientes? ¿A cuáles universidades se debe dotar de
recursos y en qué cantidad? A cuáles criterios debería obedecer la distribución
de los recursos entre universidades? ¿Cuál es la responsabilidad de cada
institución de auto-financiar sus propios servicios? ¿Cuáles son los mecanismos
más apropiados para fiscalizar las rentas privadas que ingresan a las
universidades públicas? ¿Qué resultados concretos podría razonablemente esperar
la sociedad a cambio de los recursos públicos invertidos?
En Costa Rica, solo diez de cada cien costarricenses tiene grado
universitario, y solo uno de cada cien se gradúa en disciplinas estratégicas
para la competitividad económica, en carreras ingenieriles, científicas,
tecnológicas y matemáticas. Los países de la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económico (OCDE), en cambio, reflejan una tasa promedio del
27.42%, tres veces más alta que la de Costa Rica. Además, la tasa de
participación en educación superior de Costa Rica es la mitad de la tasa
promedio de los países más desarrollados, lo que limita nuestra capacidad para
competir globalmente en la economía del conocimiento. Difícilmente el
país sea capaz de financiar la educación terciaria de todos los costarricenses,
por lo que debe tomar decisiones sobre cómo invertir mejor sus recursos.
Tomemos en cuenta que, en los últimos cuarenta años, la población estudiantil
universitaria creció de 12 mil estudiantes a 160 mil.
En estos tiempos de déficit fiscal, deberíamos preguntarnos ¿Por qué
algunos costarricenses tienen el derecho de asistir a la universidad de forma
gratuita y otros no? Podríamos plantearnos la posibilidad de que el
Estado otorgase los recursos, no a las instituciones públicas directamente,
sino a través de los alumnos con mayores necesidades financieras, para que así
existiese una sana competencia académica entre instituciones con programas
acreditados por reclutar estudiantes becados.
Podríamos preguntarnos, además, si los egresados de las universidades
públicas deberían devolver los fondos públicos que fueron invertidos en ellos,
por haber recibido un beneficio individual y haber aumentado su capital
intelectual y capacidad adquisitiva a futuro.
Y ¿por qué no valoramos la posibilidad de ajustar los subsidios que se
vienen otorgando a los estudiantes, según la capacidad económica de sus
familias?
Algunos se preocupan por que el cobrar a los alumnos de familias de
altos ingresos económicos pudiera ser considerado discriminatorio y que
desestimularía el ingreso de los estudiantes con excelente rendimiento
académico a las instituciones públicas. En mi criterio es discriminatorio dar
un trato preferencial, en la forma de un subsidio, a un segmento de la
población estudiantil que viene pagando mucho más por su educación en la
secundaria privada, cuando se está dejando por fuera a miles de graduados del
sistema secundario público, graduados, que dicho sea de paso, formó el mismo
Estado. Por otra parte, la preocupación de desestimular el ingreso de los
alumnos con capacidad de pago y con excelente rendimiento académico también es
improcedente. Las mejores universidades siempre reclutan a los mejores estudiantes
aunque cobren por su servicio, máxime cuando estos cuentan con las condiciones
socioeconómicas para pagar. Lo que pagarían los alumnos más adinerados se
podría utilizar para ofrecer más cupos a los alumnos de escasos recursos.
Concuerdo con que el Estado debe proteger la estabilidad en los
ingresos que destina a la educación superior, pero no sin que el financiamiento
esté vinculado a indicadores de productividad. La autonomía económica no
es un valor que la sociedad costarricense pueda ni deba apoyar
incondicionalmente, quinquenio tras quinquenio, sin que el Estado haya llegado
a un consenso con las universidades con respecto a las responsabilidades y
derechos de cada quien y los tipos de rendición de cuentas que pueden satisfacer
las necesidades institucionales y garantizar el bien público.
Como verán, el Estado juega un papel preponderante en fortalecer la
educación superior porque es a quien corresponde iniciar un diálogo democrático
con respecto a las metas estratégicas que se deberían fijar sobre la inversión
que realiza en las universidades, construir una agenda de país con altos indicadores
de desempeño, evaluar continuamente los resultados y establecer los mecanismos
e incentivos adecuados para garantizar la calidad de los procesos educativos y
el acceso a la educación superior. Al final, deberían llegar a un
consenso con respecto a lo que definen como el “bien común”. Además, el
Estado debe, de una vez por todas, cumplir con su responsabilidad estipulada por
la Constitución Política en el artículo 80, que define cómo piensa
estimular la iniciativa privada en materia educacional. Esta se incentiva porque viene a contribuir
con los fines públicos, sin que le cueste un colón adicional al Estado.
Si asumiera su papel con liderazgo y asertividad, Costa Rica podría convertirse
en un centro internacional de educación superior, atrayendo a estudiantes de
todas partes del mundo, dispuestos a pagar lo que realmente valen nuestros servicios
educativos, contribuyendo así con el desarrollo económico, cultural y social
que tanto aspiramos tener.
Agradezco profundamente
a la UNED haber sido invitada a este foro en el marco de la celebración de la
autonomía universitaria y la atención que me han brindado. Qué tengan buenos
días.
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